Paraguay
Inteligencia artificial en Paraguay: ¿Supone un peligro o una oportunidad?
Desde el lanzamiento del ChatGPT, en noviembre pasado, tanto en Paraguay como a nivel mundial estalló una preocupación generalizada por las posibles consecuencias que podría traer el éxito de la inteligencia artificial. ¿Qué riesgos u oportunidades podría suponer para los paraguayos y para la humanidad misma?
El auge de la herramienta ChatGPT revolucionó el mundo de la tecnología y varias firmas y expertos a nivel mundial están abocados a la implementación de la inteligencia artificial (IA), considerándola un recurso útil con el cual se pueden crear imágenes, videos, audios, textos o modelos 3D, entre otras funciones.
No obstante, esto también trajo consigo temores y una alarma a gran escala, ante la desinformación y la posible eliminación de puestos de trabajo.
En comunicación con Última Hora, el doctor en Ciencias, en Ingeniería de Sistemas y Computación y master en Ingeniería Eléctrica, el paraguayo Benjamín Barán, habló sobre los alcances de este tipo de herramienta en el país, además de alertar cómo podría afectar en el futuro.
Según recordó, los inicios de la IA en Paraguay se remontan a los años 90, cuando se desempeñaba como director de Investigación del Centro Nacional de Computación (CNC) y se iniciaron las primeras publicaciones científicas en el área.
Resaltó que desde ese momento la tecnología se fue incorporando a la vida de los paraguayos.
Usos actuales de la IA
A la fecha, según sostuvo, los asistentes digitales más utilizados en Paraguay son Alexa y Siri, teniendo en cuenta que muchos paraguayos usan diariamente sus teléfonos inteligentes o smartphones.
No obstante, destacó que el área financiera también lo viene utilizando, incrementando cada vez su uso con la llegada de proyectos fintech.
«Incluso, el sector público se va incorporando a esta tendencia de incrementar el uso de IA, como puede verificarse en recientes declaraciones de la Secretaría de la Función Pública (SFP), cuyos representantes anunciaron la incorporación de un asistente virtual», acotó.
En cuanto a su uso en la educación, recordó que los cursos virtuales se incrementaron considerablemente con la pandemia del Covid-19, lo que, a su vez, trajo el aumento en el uso de herramientas digitales que incorporan inteligencia artificial o que potencialmente lo pueden hacer con facilidad.
«La llegada de asistentes virtuales basados en inteligencia artificial como el chatbot, hoy tan publicitado, chatGPT, ha puesto al alcance de la mano de docentes y alumnos una herramienta muy poderosa que nos hace volver a analizar una y otra vez el papel del docente en estos tiempos y lo que significa aprender. Es un momento muy interesante para la educación, sobre todo aquí en Paraguay, donde nos queda muchísimo por hacer», resaltó.
Sin embargo, lamentó que la legislación local no logra adaptarse a los cambios tecnológicos, aunque manifestó que no se trata de un problema solo de Paraguay. Si bien en varios países se están elaborando marcos normativos específicos para abordar la IA generativa, aún no se han implementado en muchos otros.
«Estamos en momento de grandes cambios en el mundo que nos rodea y esto nos obliga a adaptarnos a un nuevo contexto tecnológico. Considero prudente mantenernos atentos a las leyes que se van implementando en países que podemos tomar como ejemplo, e inspirados en ellas ir actualizando nuestra legislación», sugirió el experto.
Riesgos para algunos empleos
En cuanto a la preocupación acerca de cómo influye esta tecnología sobre los empleos, el profesional sostuvo que, aunque cada vez que aparece una nueva herramienta cambia la vida de las personas con la extinción de algunos empleos, esto también implica la creación de otros.
«Cuando llegó el alumbrado público quedó sin trabajo el que prendía velas en las calles. Creo que la inteligencia artificial no es una excepción. Claramente algunos empleos de poca creatividad e innovación podrán desaparecer, pero otros se irán creando, posiblemente requiriendo nuevas habilidades», ejemplificó.
Pese a que no afirmó que en Paraguay pueda darse por lo pronto, dijo que algunos de los puestos que observa que se fueron reduciendo en otros países ante el desarrollo de la IA son los cajeros de bancos o supermercados, los agentes de viaje y conductores de vehículos y maquinarias, por lo que no se descarta que esto pueda replicarse a nivel nacional.
En tanto, reiteró que las tecnologías también supondrán la generación de nuevos puestos de trabajo, ya que considera que «aparecerán nuevas necesidades que ni nos imaginamos hoy».
«Cuando me tocó escoger mi profesión ni me imaginé que existiría un youtuber o un influencer. En todo caso, me queda claro que necesitaremos ingenieros en inteligencia artificial, especialistas en robots, y desde luego, serán imprescindibles personas que analicen la ética de esta nueva tecnología y las nuevas leyes que se irán requiriendo», acotó.
¿Podrán los robots pensar o sentir por sí mismos, cometer crímenes y apeligrar a la humanidad?
Al respecto, Benjamín Barán respondió que los robots siempre son programados por el ser humano, por lo que esto se descartaría si es que las personas no pierden el control. No obstante, señaló que, ante «la ambición y el espíritu suicida» , sí podrían llegar a suponer un verdadero riesgo para los seres humanos.
Rememoró una reciente entrevista del director de ingeniería de Google, Ray Kurzweil, quien habló sobre el momento en el que los computadores serían más capaces que un ser humano, y refirió que esto se podría dar incluso ya alrededor del año 2045, es decir, en poco más de 20 años.
«En ese momento, los robots serían potencialmente más capaces que un ser humano, pero seguirían siendo programados por seres humanos. Si los seres humanos no perdemos el control, programaremos los robots para servirnos, no para destruirnos. Sin embargo, la ambición y el espíritu suicida superan a nuestra inteligencia y a nuestro instinto de supervivencia, podría ocurrir, ¿por qué no?», aseveró el docente.
Finalmente, manifestó que las herramientas de inteligencia artificial pueden convertirse en un arma letal para la humanidad, en el momento en que quieran ser utilizadas como las armas químicas o las bombas atómicas.
Por ahora, solo logro vislumbrar el camino hasta el punto de singularidad. Espero estar vivo alrededor del 2045 para disfrutarlo. Veo un futuro optimista donde podremos trabajar menos horas para sobrevivir y tendremos más tiempo para deportes, artes y hobbies en general
Y recomendó: «Hagámonos amigos de las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial. Disfrutemos su magia, su llegada a nuestras vidas. Preparémonos para aprovechar las ventajas que nos trae en esta era del conocimiento, aprendamos algo cada día, evolucionemos, seamos testigos de los maravillosos cambios que se avecinan, saquemos lo mejor de las nuevas tecnologías construyendo el país que soñamos».
Benjamín Barán es egresado en Ingeniería de Sistemas y Computación por Universidad Federal de Río de Janeiro, Brasil; máster en Ingeniería Eléctrica por la Northeastern University, Boston, Estados Unidos; e ingeniero electrónico por la Universidad Nacional de Asunción (UNA).
Cuenta con una amplia experiencia científica y académica de más de tres décadas en varias universidades de tres continentes y tiene publicados más de un centenar de artículos científicos. Fue galardonado con varios premios y es miembro de la Comisión Científica Honoraria del Programa Nacional de Incentivo a los Investigadores del Conacyt.
Inquietud a nivel mundial
Ante la gran inquietud por la implementación de herramientas de inteligencia artificial, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, conocida como Unesco, anunció que en setiembre presentará una serie de directrices políticas sobre el uso de la IA generativa, así como sobre marcos de competencias en esta tecnología para estudiantes y profesores en el sector de la educación.
La discusión se centra en torno a preocupaciones como la adaptación de los sistemas educativos a los cambios que está generando la IA, la integración de la tecnología en métodos y planes de estudio o exámenes y, además, cómo mitigar los problemas que implica, como la realización de errores y de información sesgada.
Una encuesta realizada por la Unesco en más de 450 centros universitarios mostró que las instituciones afrontan un «desafío» a la hora de responder a la irrupción de estas herramientas, que pueden crear rápidamente contenidos escritos y visuales.
En tanto, la ONU señaló que los derechos humanos deben estar insertados desde ya en la inteligencia artificial. El alto comisionado de la organización, Volker Türk, manifestó que es una tecnología que avanza a pasos agigantados y que, si bien ofrece oportunidades inmensas, también implica grandes riesgos.
La Sociedad de Internet de China (ISC, siglas en inglés) emitió recientemente una advertencia sobre el creciente uso de tecnologías de síntesis profunda, como el cambio de rostro y voz con inteligencia artificial, que está dando lugar a «un incremento en actividades ilegales como el fraude y la difamación».
Los delincuentes usaron la tecnología para falsificar la voz de una persona en concreto a través de la síntesis de sonido, cambiar rostros utilizando IA, pretender ser una persona específica y hacer videollamadas con otras personas en tiempo real, con el objetivo de ganarse la confianza de la víctima y cometer fraude.
Ante este escenario, la ISC también enfatizó en la importancia de adoptar medidas de seguridad personal frente a las nuevas formas de estafa que utilizan tecnología de IA, como proteger la información personal, evitar la descarga de software desconocido y gestionar cuidadosamente el círculo social en línea.
Asimismo, recomienda a las personas implementar múltiples verificaciones al realizar transferencias de dinero y no confiar únicamente en la comunicación por mensajes o llamadas telefónicas.
Escritores y representantes del sector editorial, por su parte, han debatido sobre las oportunidades y los riesgos que suponen para la literatura la aparición de la IA, que aunque la consideran como útil, creen que no podrá replicar la creatividad del ser humano.
Para los autores, estamos ante “un futuro inevitable”, pero que depende de ellos que la IA “no se convierta en una condena”, porque en un futuro, según sus estimaciones, será difícil distinguir entre personas y máquinas a la hora de valorar textos.
Solo este último martes, una carta de un grupo de más de 300 expertos e investigadores de la industria, entre los que se encuentran el director ejecutivo de Google DeepMind, Demis Hassabis; y el director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, entre otros, advirtió que la IA plantea un “riesgo de extinción” comparable al de las pandemias o la guerra nuclear.
“Mitigar el riesgo de extinción de la IA debería ser una prioridad mundial junto con otros riesgos a escala social, como las pandemias y la guerra nuclear”, reza el texto de un párrafo publicado por Center for AI Safety, una organización sin fines de lucro con sede en San Francisco, en California, Estados Unidos.
En ese mismo sentido, en marzo pasado, más de mil empresarios e investigadores del sector tecnológico —entre ellos Elon Musk, propietario de Twitter— solicitaron en una carta de tono apocalíptico que se suspendan durante seis meses los sistemas de IA “más poderosos que GPT-4”. UH
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