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Paraguay

De la prohibición al símbolo nacional: 7 curiosidades que quizás desconocías sobre el tereré

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Cada último sábado de febrero, Paraguay celebra el Día Nacional del Tereré, una infusión que trasciende el tiempo y la historia. Desde su origen ancestral en la cultura guaraní hasta su popularización durante la Guerra del Chaco, el tereré fue testigo de una historia fascinante en Paraguay. ¿Sabías que en sus primeros días se utilizaba sin bombilla? ¿O que la yerba mate fue casi censurada por considerarla una «superstición diabólica»? En esta nota, te invitamos a descubrir estas y otras curiosidades sobre la bebida que define a nuestro país.

1- Un origen difuso, pero ancestral

Según el historiador Claudio Velázquez, no existe un registro histórico exacto sobre el origen del tereré. No obstante, se sabe que los guaraníes ya consumían infusiones de yerba mate, tanto caliente como fría, utilizando agua de arroyos. Los jesuitas fueron los primeros en documentar esta práctica, describiendo la frecuencia con la que se consumía la yerba mate. En sus inicios, los indígenas bebían la infusión sin bombilla, utilizando tacuarillas o simplemente sorbiéndola directamente con la boca.

2- El intento de censura al tereré

La historiadora Margarita Durán Estragó narra que «en 1618, Hernandarias pudo comprobar, con sorpresa, que la yerba se había impuesto de tal modo que se propuso prohibir el uso de dicha bebida, que hacía a los hombres ‘viciosos y haraganes’. También castigó a los mercaderes y peones yerbateros, e incluso llegó a quemar carga- mentos de yerba».

Además, la autora menciona que «el provincial de la Compañía de Jesús, el padre Diego de Torres Bollo, acusó su uso ante el Santo Oficio de la Inquisición como una ‘superstición diabólica que acatrea muchos daños’».

3- El oro verde paraguayo

Durán Estragó menciona que, al principio, los españoles lo consideraron un producto pobre y se desentendieron de él. Pero que «con el tiempo se conoció la yerba mate, planta silvestre que crecía en las regiones del Mbaracayú, Concepción y el Guairá. Esta yerba era muy apreciada, pues los comerciantes se enriquecieron con ella, no así el peón yerbatero, que vivía como un esclavo, sin recibir recompensa por su trabajo».

La historiadora también explica que la Corona decidió no oír las condenas de Hernandarias y de los jesuitas contra el uso y comercio de la yerba, porque «vio en ella una fuente de recursos para la Real Hacienda».

«Pronto los rios se cubrieron de embarcaciones cargadas de yerba y las caravanas de carretas partieron hacia todas las direcciones. No se hicieron esperar los impuestos de las oficinas receptoras y el ‘oro verde paraguayo’ benefició a la voracidad fiscal antes que a la castigada economía paraguaya.»

4- Un potencial económico desaprovechado

Durante la colonia y los primeros años de independencia, la yerba mate fue un pilar económico fundamental. El historiador Claudio Velázquez señaló: «el presidente Carlos Antonio López incluso planeó exportarla a Europa. Sin embargo, la Guerra de la Triple Alianza truncó estas iniciativas. Tras el conflicto, grandes extensiones de yerbales fueron vendidas a latifundistas privados, dando inicio a una historia de explotación laboral con los ‘mensúes’».

5- El vapor que fue adquirido por trueque de yerba mate

El barco «Paraná» fue una embarcación mixta construida en Inglaterra y adquirida en Paraguay en 1859 mediante un intercambio de yerba mate, valorado en 25.000 pesos. Con una estructura de madera y un motor a vapor que impulsaba una hélice, contaba con una capacidad de carga de 83 toneladas.

Inicialmente, el Paraná se utilizó para el transporte de yerba mate desde Villa San Pedro. Posteriormente, fue reacondicionado como embarcación de pasajeros en la ruta entre Asunción y Buenos Aires. En febrero de 1860 ya estaba operativo, realizando viajes comerciales. Su primer trayecto internacional tuvo lugar el 7 de noviembre del mismo año, con destino a Corrientes. Sin embargo, debido al desgaste sufrido por el constante uso entre 1862 y 1863, fue reemplazado en agosto de 1863.

Cuando estalló la Guerra de la Triple Alianza, el barco fue adaptado para uso militar y empleado como buque logístico. Finalmente, quedó atrapado en el río Yhaguy, junto con otras embarcaciones que hoy conforman el Monumento Nacional de Vapor Cué. Actualmente, aún se conservan restos de su caldera y otras piezas.

6- El martirio de los mensúes

La recolección de la yerba mate estuvo marcada por la explotación de los trabajadores conocidos como mensúes. El escritor y periodista Rafael Barrett, en su obra «El dolor paraguayo», describe las inhumanas condiciones a las que eran sometidos: hacinados en embarcaciones, mal alimentados y obligados a cargar pesadas bolsas de yerba bajo un sol abrasador. El procesamiento de la yerba en los barbacuás también representaba un riesgo mortal, donde los trabajadores debían soportar el calor extremo y eran sometidos a castigos físicos.

«Ahora, el arreo. El río: a puntapiés y rebencazos los encajan a bordo. Es el ganado de la Industrial. Centenares de seres humanos en cincuenta metros. ¡Bazofia inmunda, escorbuto, diarrea negra y a trabajar por el camino! Escuálidos adolescentes descargan el buque; suben en cuatro patas las barrancas con 80 kilos a cuestas. Hay que irse acostumbrando.»

«Ahora, el barbacuá, el horno rudimentario en que se cuece la hoja. Allá en lo alto, sobre la boca fulgurante, el urú encaramado, respirando fuego, vigila la quemazón. ¡Cuántas veces ha caído desmayado y lo han reanimado a puntapiés! El trabajo más cruel es quizá el acarreo de leña al barbacuá, 70 u 80 kilos de troncos gruesos, bajo los cuales, en el calvario de una larga caminata a través de la selva, la espalda desnuda sangra. ¡Sí; la carne cruje desnuda en el yerbal, porque allí son muy caras las camisas! Sumad el ejército de los mensualeros, atacadores de mboroviré, troperos de carreta, picadores, boyeros, expedicionarios desprovistos de lo más preciso, obligados a cruzar desiertos y pantanos interminables; chateros a quienes se paga por viaje de un mes y que regresan, entorpecidos por las sequías, después de tres o cuatro meses de combate aguas arriba, con el pecho tumefacto por el botador; sumadlo todo, y obtendréis la turba maldita de los yerbales, jadeante catorce, dieciséis horas diarias, para la cual no hay domingo ni otra fiesta que el Viernes Santo, recuerdo del martirio de Jesús, padre de los que sufren…!»

7- La Guerra del Chaco y la masificación del tereré

Velázquez comentó que el consumo del tereré se masificó durante la Guerra del Chaco (1932-1935). Las altas temperaturas y la imposibilidad de encender fogatas por razones de seguridad llevaron a los soldados paraguayos a optar por la versión fría de la yerba mate. Hasta entonces, el mate caliente era la bebida predominante.

A lo largo de la historia, esta bebida refrescante fue una fiel compañía de nuestros antepasados en momentos clave. Hoy, más que nunca, el tereré sigue siendo un lazo que une a generaciones, un legado que perdura y una tradición que, sin duda, continuará marcando la historia de Paraguay.

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