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El Tratado de Itaipu cumple 52 años, documento que originó la central hidroeléctrica

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Asunción, Agencia IP.- El 26 de abril de 1973 fue firmado el Tratado de Itaipu, documento que estableció las bases para la construcción de la mayor planta hidroeléctrica en generación de energía del mundo.

Se trata del acuerdo internacional más importante del siglo XX para el país después de la firma del Tratado de Paz del Chaco; puesto que cambiaría la historia de Paraguay y Brasil, reportan desde la Itaipu Binacional.

Las diferencias limítrofes entre ambos países encontraron la solución en una monumental obra para el aprovechamiento de los recursos hidráulicos del río Paraná, perteneciente en condominio a las dos naciones, desde el Salto del Guairá o Salto Grande de Sete Quedas hasta la desembocadura del río Yguazú.

La rúbrica del instrumento tuvo lugar hace 52 años en el Palacio de la Meseta, Brasilia, y en representación de las Altas Partes Contratantes suscribieron el documento los cancilleres Raúl Sapena Pastor (Paraguay) y Mario Gibson Barboza (Brasil), ante la presencia de los presidentes Alfredo Stroessner y Emilio Garrastazú Médici, respectivamente.

El documento estableció las bases para la construcción de la mayor planta hidroeléctrica en generación de energía del mundo. Posteriormente, el Tratado sería aprobado primero en el Brasil, por el Decreto Legislativo N° 23 del 30 de mayo de 1973; y luego en el Paraguay, por Ley N° 389 del 17 de julio de 1973. Su entrada en vigor se produjo el 13 de agosto del mismo año con el intercambio de los documentos de ratificación.

Con la firma del documento se dio cumplimiento a lo establecido en el Acta Final firmada en Foz de Yguazú el 22 de junio de 1966, en lo que respecta a la división en partes iguales, entre los dos países, de la energía eléctrica eventualmente producida en el tramo referido. De hecho, la mencionada acta es considerada la piedra angular sobre la cual se erigió posteriormente el Tratado.

Asimismo, se tuvo en cuenta lo dispuesto en el Artículo VI del Tratado de la Cuenca del Plata; lo establecido en la Declaración de Asunción sobre el aprovechamiento de ríos internacionales, del 3 de junio de 1971; y los estudios de la Comisión Mixta Técnica Brasileño Paraguaya constituida el 12 de febrero de 1967.

El entendimiento diplomático abrió camino para el inicio de los estudios técnicos de construcción de una represa. La solución propuesta por un consorcio de empresas extranjeras, que preveía la inundación de gran parte del área en litigio, cerró la disputa por tierras en la frontera.

A través de esta alianza, Itaipu se convirtió en el ejemplo de cooperación solidaria entre dos naciones que decidieron que sus límites se transformaran en una central hidroeléctrica para unir en vez de dividir, y que se constituya en una obra récord por la magnitud y por las características únicas que ostenta hasta hoy.

Negociadores paraguayos

Los representantes paraguayos en las negociaciones para la firma del Tratado de 1973 fueron el vicecanciller de aquel entonces, embajador Dr. Alberto Nogués; el asesor jurídico de la Cancillería, Dr. Carlos Augusto Saldívar; y el Ing. Enzo Debernardi, quienes trabajaron directamente bajo las instrucciones del presidente de la República para llevar adelante las tratativas hasta llegar a un acuerdo.

Al tratado se lo considera como referencia en acuerdos bilaterales y, tras su ratificación en los respectivos congresos, fue creada la empresa Itaipu Binacional, en mayo de 1974, para construir y dirigir la usina. Ese mismo año, las primeras máquinas comenzaron a llegar a la cantera de obras para iniciar el megaemprendimiento.

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